El acuerdo de paz con las Farc ha despertado en muchos ciudadanos el deseo y la necesidad de movilización, de juntarse con otros que piensan como nosotros y mandar un mensaje al resto de la sociedad.
En los últimos días hemos visto las marchas contra la reforma tributaria, hemos visto a estudiantes marchando exigiendo la confección y firma de un acuerdo cuanto antes; y sí, están las que en mi opinión se constituyen como las marchas más vergonzosas de nuestra historia reciente, impulsadas por varias figuras prominentes religioso/políticas: Las mal llamadas marchas por la familia y/o en contra de la “ideología de género”.
Este artículo está dedicado a quien considere que debemos vivir en una sociedad en donde algunos tengan más derechos que otros.
Para leerlo, te pido un favor, ponle lógica.
Ponte a pensar ¿Por qué unas personas tienen más derechos que otras?
Te repito que le pongas lógica. La historia nos ha mostrado que las relaciones pre-existentes y el establecimiento del Statu Quo cambian, y con este cambio (que es social) cambian las normas que nos rigen. Obviamente ningún cambio normativo o social es lineal, es decir, no hay un momento en la historia en la que puedas decir: Ok, de aquí en adelante todos pensamos y ‘aceptamos’ esto, no.
El cambio es paulatino y siempre va a haber unos que se resisten a él, pero si algo también nos ha demostrado la historia, es que es imparable. Acuérdate que tienes que ponerle lógica. En ese orden de ideas, hemos ido venciendo unos paradigmas, por ejemplo, ya no es legal, ni bien visto, que alguien sea el dueño de otra persona. Hoy no hay elementos argumentativos que justifiquen eso. Obviamente, en su momento fue un cambio duro, al cual muchos se resistieron e indignaron, pero el tiempo pasó y listo: todos fuimos capaces de ver lo obvio.
Hace menos de 50 años la Iglesia Católica (por citar un ejemplo de miles) no permitía el matrimonio de personas de distintas razas. Como todo paradigma, había personas de acuerdo y otras que lo consideraban una violación a la dignidad de las personas. Hoy la historia nos muestra quienes tenían la razón, quienes estaban en el lado correcto de la historia.
¿Sigues con la lógica?
Ahora piensa por un segundo, compláceme, piensa en esa persona que amas, si no amas a nadie, piensa en alguien que amaste y si no has amado, piensa en la persona que te gustaría amar. Por favor, intenta... Imagínate que no puedas estar con esa persona, imagínate que la ley no te permita estar con esa persona de la misma manera en la que otros están con las personas que eligen. Tú miras alrededor y no entiendes por qué la que escogió tu papá, amiga o abuela si se puede. Sé lógico.
¿Quién toma esa decisión? ¿No te parece arbitraria? ¿Por qué unas personas tienen más derechos que otras? Te pedí que le pusieras lógica.
¿No te parece mejor un mundo en el cual todos tenemos derecho a lo mismo? Imagina un mundo en el cual tu sexualidad sea absolutamente irrelevante, imagínate por un segundo que si me gustan los hombres, mujeres, transexuales, travestis o todos, o ninguno, no hace ninguna diferencia en mis valores y como me relaciono contigo. Te invito a que tus hijos y/o sobrinos no se avergüencen de ti.
Te invito a que aceptes en tu corazón que un blanco y un negro se puedan amar y decidan estar juntos. Te invito a que promuevas que Andrés y Manuel, Andrea y Manuela estén juntos y que tengan los mismos derechos que tienes tú. Te invito a que sientas la vergüenza que siento yo, cuando veo movilizaciones masivas en contra de derechos civiles.
Piensa. Ama y deja amar.