* Es hora que el presidente Juan Manuel Santos cambie el discurso.
Gobernar con base a un discurso repetitivo cansa y deja desazón e incredibilidad, es el caso del Presidente Juan Manuel Santos con el proceso de paz. Le ha dado tanta publicidad que se ha estancado en el mismo discurso y se olida de lo demás. El proceso de paz con las guerrillas colombianas ha sido a agenda principal del mismo gobierno y la noticia de primera plana de medios impresos y los canales de televisión que por cierto ni los unos, ni los otros tienen independencia del gobierno, pues simplemente publican lo que les es permitido. Hago mención de los medios de difusión y transmisión que perdieron su objetividad, desvían la atención del pueblo a su antojo y bombardean de noticias del vecino país y de esta manera evitan que se muestre la realidad nacional y local. El desastre en Mocoa, Putumayo, se lo adjudicaron a la naturaleza, cuando en verdad es un problema de gobernanza. Problemas que tenían soluciones si se les hubiese colocado atención a tiempo. Así mismo pasó en Armero. La inversión desaparece antes de llegar a los municipios o nunca salió. Los gobiernos se dedican a esperar tragedias, mostrarse débiles ante la comunidad internacional y esperar recursos de donativos, que a decir verdad no van todos a las zonas afectadas. Pasando a otro punto, el paro cívico que se adelanta en Buenaventura, que lleva 17 días y donde el Gobierno nacional ha respondido con fuerza pública y Esmad, ha dejado víctimas por parte de los entes del Estado, sin que se haga mella en los medios que se olvidan de su propio pueblo y se han dedicado a mostrar los problemas de Venezuela. Los maestros llevan 20 días en paro de actividades y la Ministra de Educación afirma que están de vacaciones, o de puente, sin embargo los profesores en cabeza de Fecode no han dejado de ir al Ministerio a sentarse a negociar, pero es que negociar con el Gobierno no es tarea fácil para quienes representan la educación del futuro, o por lo menos eso ha dejado ver el mismo Presidente que se adelanta a las negociaciones con miembros de la guerrilla que llevan más de 60 años asesinando y masacrando a la población y se olvida que la razón de estar en la casa de Nariño es velar por todos los colombianos de bien, obviamente sin abandonar la idea de la tan anhelada paz, pero Colombia somos todos, somos Mocoa, somos Buenaventura, los Maestros, los campesinos, y el medio ambiente que quieren seguir destruyendo con la enajenación de la minería a multinacionales. Señor Presidente, muy bonita su alocución del 29 de mayo, se la respeto pero no la comparto, el hecho de que los medios de comunicación no muestren la realidad del país, no quiere decir que no esté sucediendo, ya somos muchos quienes hemos dejado de creer en los titulares de los periódicos y de los noticieros de televisión ‘privados’, ya no comemos entero, ese cuento de que para la educación no hay dinero le falta un pedazo. No es posible señor Presidente que para la implementación de los acuerdos con la guerrilla si aparezca dinero como por arte de magia y para la educación no haya ni un centavo.
El paro cívico en Buenaventura señor Presidente, es porque usted no les ha cumplido las promesas de campaña, ah… claro, ya no aspira a otra reelección, ya no se necesita del pueblo y por eso los 400 millones de dólares que les ofreció en campaña reeleccionista quedaron en veremos, la ciudadela industrial que prometía más empleos no aparece y Buenaventura aún no es ese eje de la alianza del Pacífico que usted anunció en campaña, y usted mismo lo dijo, “Buenaventura ha sido abandonada, no de años, ni décadas, sino de siglos”. Su gobierno no ha sido la excepción, su deseo de que la guerra termine, no va por buen camino señor presidente, para eso se hace necesaria la inversión social, pagarle a los maestros salarios acordes a su desempeño y fortalecer la educación, mejorar la infraestructura de los colegios y garantizar la educación superior para más colombianos, la paz llega cuando haya más equidad, cuando empiece usted a cumplirle a los connacionales las promesas de campaña y cuando el país deje de marchar por el descontento y falta de gobierno.
Es hora que el presidente Juan Manuel Santos cambie el discurso y le ponga más atención a las problemáticas sociales, a las problemáticas regionales y en especial a la educación del país, es cierto que el Nobel de paz, se lo ha ganado con esfuerzo, pero es que la paz no sólo significa la dejación de las armas de los grupos terroristas, la paz es una constante que se debe construir a diario y que es obligación del Gobierno mantener, el pueblo está harto de su discurso y la solución es darles garantías. Recientemente dijo William Ospina que: “Colombia es un país donde los niveles de pobreza son enormes, donde los niveles de desamparo son gigantescos y por mucho que los gobiernos están dando partes de victoria, aquí por ejemplo han decidido que una persona solo es pobre si gana menos de 200 mil pesos, pero eso no se lo cree absolutamente nadie. Pero la mayor parte de la sociedad colombiana sabe qué pozo de dolor es Colombia”.
Señor Presidente, no olvide la premisa de Bolívar: “un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”. ¡Apostémosle a la paz, pero con todo y con todos!