Campañas presidenciales, sin agendas, sin temas y con mucha polarización. ¿A quién le entregará el poder el presidente Juan Manuel Santos Calderón? A un año de la posesión del nuevo mandatario son muchas las dudas y pocos los que reúnen los requisitos para encarnar la voluntad popular. ¿Será de De la Calle? ¿La tendrá clara la señora Clara? ¿Habrá operación avispa? ¿Quiénes son los alternativos? Unas elecciones muy liberales.
En un año, estaremos si Dios nos tiene con vida, viendo subir las escaleras de la Casa de Nariño, al nuevo Presidente de la República.
¿Quién será? ¿Germán Vargas Lleras o Humberto de la Calle? Y es que la otra pregunta es: a quién le brindará apoyo irrestricto el Presidente Santos, que sea capaz de defender su obra de Gobierno, cuando él cambió las reglas de juego a quien le entregó el testigo de la maratónica carrera hace ocho años.
Todo está hoy en blanco y negro. Un Congreso ‘enmermelado’ que dice apoyar la paz, pero que se sube en distintos buses a la vez, cada uno con ruta distinta. Y es que, por ejemplo, hace 32 años, cuando viví con intensidad la campaña más entusiasta de la historia, todo estaba definido desde un año atrás. Recuerdo el nueve de agosto de 1985, cuando fue proclamado candidato por el partido Liberal (cuando existía), el ingeniero Virgilio Barco Vargas, y, al mes, en el Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada se lanzó por el Partido Conservador al doctor Álvaro Gómez Hurtado. Todo estaba definido un año antes. Hoy no sabemos nada de nada.
Esperamos una elección de Congreso en marzo, que será de pronto la campaña más aburrida de la historia democrática de Colombia.
Un país anhelante de cambio, cansado de esos caciques electoreros que mienten hasta de qué están hechos (todos ahora tienen especializaciones de universidades virtuales); pero enfrentando el temor por la presencia en la arena política de muchos líderes de izquierda y ex guerrilleros, lo cual hace sentir mucho temor a varios, más cuando se sienten las repercusiones de lo que está pasando en el patio vecino, hasta las papas y las tanquetas se sienten, del mismo miedo que da pensar en una 'venezolarización' en Colombia.
Las campañas presidenciales se están prendiendo con la recolección de firmas. Unas debutan en la plaza pública, otras son proclamadas por sus partidarios a la antigua manera de las aburridas y predecibles convenciones, pero todas y todos -como dijera una amiga mía-, hablando entre sí por debajo de la mesa y de los micrófonos radiales en busca de alianzas, convergencias, consultas, y guiños.
La pregunta que muchos se hacen sigue siendo ¿A quién apoyará el presidente Juan Manuel Santos?, ¿a quién le entregará su caudal (es caudal o riachuelo) político?, más cuando enfrenta la más cruda oleada de impopularidad tanto por la falta de firmeza de sus políticas, como por los escándalos de corrupción que han cundido el Continente.
¿Apoyará a Germán Vargas Lleras, su fórmula en la Vicepresidencia?, quien no sale en ningún medio y ha decidido marcar distancia mediática de su antiguo jefe, a pesar de haber estado siete años moviendo la aplanadora contractual hoy tan cuestionada por el mundo entero. ¿O apoyará a Humberto de la Calle Lombana, rutero negociador de la que fue su gran apuesta, el proceso de paz?
El Presidente tiene que decidirse y no seguir con el naipe tapado.
EL HOMBRE DE LAS OBRAS, PERO SOBRE EL QUE PESAN DOS SIGLOS Y MEDIO DE TRADICIÓN FAMILIAR El jefe del que hoy todavía es Cambio Radical sigue en la sombra, sigue en silencio, y ya es percibido como el cazador que agazapado espera el momento para lanzarse pero con la seguridad de no hacerse daño. Esto no significa que esté impávido. Cuenta hoy una intención de voto que ronda el 22 por ciento, pero se ha detenido en la cuesta de subida por los malos pasos dados debido a su mal carácter y a su evidente aporofobia (odio a los pobres), dando golpes y desplantando el saludo de los humildes.
Otro de sus talones es el asocio a las familias tradicionales de la rancia oligarquía bogotana, y es que no es gratis que durante 250 años, sus ancestros han estado en la ronda de la burocracia, lo que causa afugia en un electorado ávido de cambio y revitalización de la política.
EL GRAN BARÓN ELECTORAL DE ANTAÑO: HUMBERTO DE LA CALLE LOMBANA Un hombre de tradición, al que no se le tiene noticia alguna de sombras en el ejercicio de la política. Un poco de temor por la edad, sin embargo, en momentos en los que no hay jóvenes en la baraja posible, la experiencia y lo curtido de Humberto de la Calle lo hacen muy interesante.
No en vano el pasado sábado llenó la Plaza de Toros Cañaveralejo, en Cali, donde se estrenó como se hacía en los años 50 como precandidato liberal a la Presidencia de la República, en un acto público durante el cual los vítores lo acompañaron toda la tarde.
Su carta mas sobresaliente es el talante de hombre maduro, curtido, que lo hacen ver como el sabio de la tribu. Una opción muy pensable pese al desgaste del gobierno actual.
CLARA LÓPEZ, LA ETERNA PROCLAMADA Ex ministra, ex alcaldesa, y lideresa por naturaleza, al igual que Vargas Lleras, heredada. Clara López Obregón fue proclamada como precandidata de ‘Todos somos Colombia’, durante la concurrida convención nacional de ese movimiento en la Casa España, en Teusaquillo, lugar donde también acepto hace dos años la derrota a la Alcaldía de Bogotá. Mal presagio para quien quiere sacar sus dotes de dama donde hizo un llamado a la convergencia democrática para elegir un gobierno de coalición comprometido con la consolidación de la paz, el cambio social, la democracia participativa y la lucha contra la corrupción”.
El problema es que después de haber sido compañera de Samuel Moreno, pocos le creen su lucha contra la corrupción, cuando su propio esposo, está vinculado a investigaciones por carruseles en varias administraciones distritales.
Más de lo mismo, así quiera hacerse en la Izquierda cuando se hizo grande en la Derecha, lo cual le ha pesado muchísimo en su carrera política. La apoyan el ex presidente Ernesto Samper y otros sectores del Polo y del Liberalismo que le siguen coqueteando. Son aquellos que rememoran las glorias de la familia López, pero que no logra sacudir el trapo rojo por haber estado teñido de amarillo.
MENSAJES DE UNIDAD COMPLEJA EN LA DISCUSIÓN Cinco aspirantes presidenciales estuvieron en distintos eventos en Barranquilla en la semana que pasó: Sergio Fajardo, Antonio Navarro, Nicanor Flórez, Carlos Caicedo y Gustavo Petro.
Es decir están buscando calar en el voto costeño. Llama la atención que son los más polémicos y sus discursos de unidad y búsqueda de una fórmula para frenar las aspiraciones de los sectores tradicionales.
Son los llamados alternativos, pero que sólo marcan un poco más del cinco por ciento de favorabilidad, excluyendo a Gustavo Petro, que empieza a marcar significativamente en las encuestas con su programa de COLOMBIA HUMANA. Empieza a calentarse el tema electoral. Esperemos que Colombia vote bien. Se le pide a la sociedad que se exprese en las urnas. Esta puede ser la oportunidad del Voto en Blanco, que más que un voto protesta puede convertirse en el voto castigo.