Esta no es una crítica a la consulta anticorrupción, no es una crítica a las figuras públicas promotoras ni detractoras, es una reflexión sobre cómo estamos abordando la política cada uno de nosotros, desde nuestra forma de criticar, nuestra posición y nuestro voto:
Se despierta Colombia, es domingo 26 de agosto, día de la polémica consulta anticorrupción. Semana saca un artículo de escándalos de corrupción que han acompañado las vidas públicas de los promotores y máximos impulsores de la consulta: Álvaro Uribe Vélez y Jose Obdulio Gaviria. Un cómico video de reggaetón, en donde los opositores de la consulta se burlan del descaro de que el Centro Democrático promueva dicha consulta, invade las redes desde temprano.
Aquellos que se hacen llamar progresistas, socialistas y liberales, critican sin piedad la consulta (con argumentos muy válidos si se me permite editorializar):
La consulta promueve enunciados bastante vagos.
El primer punto de disminuir el sueldo de los congresistas es absolutamente populista, dado que no se ha podido demonstrar ninguna relación entre los salarios de los congresistas y la corrupción.
El último punto de no más atornillados en el poder, está dirigido a eliminar del Congreso a personajes incómodos para el Uribismo. Tampoco existe una relación probada entre duración en el congreso y la corrupción.
La mayoría de los otros puntos ya existen de alguna manera en la ley.
Existen propuestas con mucho más fondo que el Polo en alianza con los Verdes han radicado en el Senado.
Esta consulta está diseñada para avanzar la candidatura de Jose Obdulio a la alcaldía de Bogotá.
La consulta cuesta muchísima plata.
Los simpatizantes de Claudia López (principal opositora de tremendo descaro), reportan por todo el país la existencia de buses, compra de votos y demás actos grotescos, para que la consulta alcance el umbral. Grupos “pro-vida” hacen recolectas para apoyar con transportes a quienes quieran votar.
A eso de las 2 pm, un tuitero 'progresista' escribe: “Claro, en Antioquia salieron en masa porque el patrón les dio la orden”. Un simpatizante del CD comienza una larga discusión en Facebook al escribir: “Claro, como en la costa no les dieron tamales, no salieron a votar”. Unos dicen que Antioquia es paraca, otros dicen que en el Caribe solo hay brutos, flojos y corruptos.
Cierran las urnas, todos pegados a la radio y a los televisores. Parece que la consulta no va a pasar el umbral. Los progresistas festejan como si un candidato transgénero y ateo hubiera ganado la gobernación de La Guajira. No le alcahueteamos a Uribe su consulta vagabunda y derrochadora.
Los simpatizantes de Uribe, manifiestan que son una fuerza importante en el país que debe ser considerada, y que el presidente y el congreso, deben acatar el mandato provisto por la expresión popular de la histórica jornada. Un pastor evangélico sale en radio diciendo la importancia del voto religioso, mientras el líder del movimiento laico proclama la victoria de su corriente con el hundimiento de la consulta.
¿En serio les parece tan distante este escenario?
Yo creo que estamos en un momento tristísimo para la democracia en Colombia, en donde estamos siendo influenciados muchísimo más por la forma y el contexto, que por el fondo y las ideas. He visto a personas que se consideran socialistas o de izquierda, indignados porque el nuevo presidente quiere gravar sus salarios con impuestos (hágame el bendito favor, los invito a leer de socialismo), y pululan quienes votaron por una propuesta que abogaba por reducir impuestos, pero hoy defienden el aumento de los mismos. Por cada persona que no votó la consulta porque sus líderes no la aprobaron, hay otra persona que la votó, porque sus líderes la promovieron, por cada sí hay otro no (por supuesto que hay personas independientes con pensamiento crítico que votaron sí o no, o que decidieron no votar independientemente de las formas o quien la promovió).
Todo el que dice: “Si no estás a favor de la consulta, estás a favor de la corrupción” está siendo tan parte del problema, como quien no la vota porque Uribe le dijo que no. No nos equivoquemos, ninguno tiene la verdad, y hay fallas y críticas sensatas a las posiciones de todos, y hasta que no hagamos un esfuerzo por entender al otro, esta polarización seguirá imperando.
PD: Hay muchos que votaron la consulta, que quieren que las propuestas anticorrupción del presidente NO pasen en el senado ¿Qué tal?
Amor y paz