Tuve la oportunidad de asistir a una sorprendente conferencia. El objeto de esta charla, era debatir alrededor del tema de la vida por fuera del planeta tierra. Para ello, invitaron a unos biólogos que se especializaron en exobiología o astrobiología, como se conoce popularmente.
Revisando Wikipedia, encontré que la astrobiología o exobiología es el estudio del origen, evolución, distribución y futuro de la vida en el universo: vida extraterrestre y vida en la tierra. En los laboratorios de astrobiología, los científicos abordan interrogantes tan interesantes como: ¿existe vida más allá de la Tierra? o si hubiera esa vida ¿Cómo los humanos pueden detectarla?, incluso ¿Podríamos establecer contacto con esas formas de vida?
Vale la pena también decir, que vida puede ser una bacteria, un virus, una ameba, una matica, una especie de delfín interestelar, una especie de simio como Chewbacca (el de Star Wars) o cualquier cosa que su mente pueda imaginar… según los astrobiólogos, estadísticamente encontrar vida por fuera de nuestro planeta es una posibilidad muy grande, es casi seguro que no estemos solos en el universo.
Allí es donde los astrobiólogos se hacen una pregunta 'macanuda' (como dirían los argentinos): En el caso de que encontremos vida en el espacio u otro planeta: ¿Es posible que se desarrollara algún tipo de inteligencia equiparable al nuestro?
En ese momento empecé a cavilar si la inteligencia nuestra es comparable con alguna otra cosa, si otras inteligencias quisieran establecer contacto con nuestra civilización y la verdad quedé muy intranquilo.
Será que es posible que en algún otro lugar del universo ¿podría haberse dado el gobierno de un personaje similar a Julio César Turbay Ayala? y lo peor si un nieto de esa estirpe ¿podría tener la oportunidad de volver a gobernar allá o acá?
Pensé en la serie de televisión Star Trek, e inmediatamente identifiqué que muy probablemente los Klingon, esa raza de humanoides con la frente arrugada de la mala leche, con un corazón repleto de rabia y permanentes ganas de declarar enemigos para justificar guerras, podrían ser el perfecto equivalente del Centro Democrático de otros mundos.
Entonces me acordé de la barriga de Gerleín igualita a la de ET el extraterrestre, el monstrete de manos largas, casi tan largas como las de Samuel Moreno y muchos políticos enredados con escándalos de corrupción como Odebrecht o el Grupo Nule: además de los mismos dedos largos, la misma inutilidad de no saber hablar por teléfono (la imprudencia cunde) y el mismo afán de salir corriendo a la casa para evitar ser tomado prisionero o lo mejor… preferir ser prisionero en casa.
También recordé esos extraterrestres que aparecen en las películas de los Vengadores, grandes y de sonrisa tenebrosa como Tanos, que no quieren dejar ladrillo sobre ladrillo, asfalto sobre asfalto, o árbol sobre árbol, muy parecidos al altísimo de sonrisa sonsa y sombría que rige los destinos de Bogotá: Enrique Peñalosa.
Y allí cambia totalmente el debate, pues es inexplicable que los supuestamente seres inteligentes de este país sean capaces de llamar a gritos a la guerra y enriquecerse con ella; de robar sin decoro alguno el dinero de todos sin sonrojarse; de deforestar todos los días hasta acabar con bosques enteros; de asesinar personas por cientos y ecosistemas como el Río Cauca, con la disculpa de defender la vida; tan solo por poner unos poquitos ejemplos.
Es muy probable que, cómo lo afirman los estudiosos de la exobiología, si haya inteligencia en el cosmos y tengan la posibilidad de observarnos, por pura lógica y supervivencia, en mi concepto, no establecerían contacto, pues probablemente nuestras prácticas atentarían contra su especie.
Evidentemente hay que buscarle un nuevo trabajo a los astrobiólogos, pues no deben buscar inteligencia en otros planetas, sino determinar si realmente hay inteligencia en nuestro mundo y más exactamente en nuestro país.
@avecesjekyll