Agosto es un mes complejo, el mes de las cometas, de los vientos, de los avioncitos de papel.
Mi esposa me hizo acordar que algunos días de agosto, los tengo grabados en el corazón y en la memoria, pues fueron días en los que lloré.
Se perfectamente que prendí el radio muy temprano en mi pequeño cuarto del barrio Trinidad y escuché que habían asesinado a Jaime Garzón. Lloré rabiosamente, sudaba sin entender qué carajos estaba pasando ese viernes 13 de agosto, hace 20 años.
Después de tanto tiempo esa sensación de desazón se repite al ver a sus asesinos 'pontificando' sobre la justicia y la forma como se debe dirigir el país.
Recuerdo haber llorado 10 años antes, el 18 de agosto de 1989 después de ver, en el Noticiero Nacional, la última hora con imágenes exclusivas que mostraban el asesinato de Luis Carlos Galán. Ese fin de semana me iba de campamento y sollozando tomamos la definición de aplazar el campamento, pues no se sabía que pasaría. Era la continuación de esa perversa carrera presidencial que se llevó por delante a Jaime Pardo Leal en el 87, a Bernardo Jaramillo en 1990 (los dos candidatos de la UP) y a Carlos Pizarro León Gómez (ese mismo año). Esas no fueron unas justas democráticas, en mi concepto fueron unas “siniestras eliminatorias” presidenciales.
Recuerdo perfectamente haber llorado en la Plaza Che de la Universidad Nacional aquel 9 de agosto de 1994, cuando me enteré de que en la Avenida de las Américas habían acribillado a Manuel Cepeda. Me dio tanta rabia que hubiera sido tan cerca de mi casa, que pateé y chillé impotente…
El 30 de agosto de 2007 falleció Blas Jaramillo, un calvo maravilloso que encontré caminando la Candelaria, Chapinero y Teusaquillo, entre tragos y borracheras, absurdamente talentoso. Durante los últimos dos años tenía su cuarto de hora y apareció en Cine (Satanás y Perro Come Perro) y TV. Se me salieron las lágrimas pues el gocetas inexplicablemente había fallecido por una pancreatitis que derivó en peritonitis en pleno siglo XXI a sus escasos 39 años. Una cerveza enjugó esas lágrimas.
Precisamente, fue Blas quien en medio de una farra me presentó a Fanny Mikey, quien lo había impulsado para hacer una puesta en escena de “La Muerte Accidental de un Anarquista” que salió fenomenal, Blas encontró en este triunfo una razón más para celebrar y allí me encontré con la sonrisota de la ya muy señora Fanny. Casi un año después, el 18 de agosto de 2008, me limpiaba las lágrimas y los mocos mientras veía por la televisión afirmar a una de las presentadoras del Canal RCN (Doña Maritza), desde la Plaza de Bolívar, transmitiendo el sentido homenaje a Fanny Mickey:
- “Y seguiremos transmitiendo en directo desde la Plaza de Bolívar, la muerte de Fanny Mickey”-
Me acordé en ese instante que Fanny y Jaime tenían una “getica digna de lavar con FAB”. Si hubiésemos estado los tres viendo la Tele en ese instante, Jaime y Fanny hubiesen exclamado en medio de carcajadas (estruendosas) y al mismo tiempo:
- “¡Que HIJUEPUTA tan Bruta!”-
El 21 de agosto de 2015, en medio de mi tristeza por la muerte de uno de los integrantes de Les Luthiers, Daniel Rabinovich, me puse a ver varios de sus espectáculos…lo disfruté con fruición… esa tarde lloré de la risa. Hoy, cuatro años después espero en mi corazón que cada vez que llore en agosto, sea con risa, con agradecimiento, con alegría, con satisfacción. Que salgan nuevamente lágrimas de esas que no ha logrado llevarse el viento.
@avecesjekyll