* Es necesario que se mire un poco el pasado ignoto, tanto en la realidad como en la fábula.
A Dona, mi mamá,
una heroica y valiente mujer que
combatió durante más de ocho décadas
las injusticias de la vida.
El Día Internacional por los Derechos de la Mujer[1] se celebra desde hace más de ocho décadas. Mujeres y hombres que trabajan por las causas de las mujeres, conmemoran en todo el mundo los esfuerzos que éstas han realizado por alcanzar la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo. Más allá de fronteras nacionales, diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, políticas y económicas, las mujeres de los cinco continentes organizan diversos eventos para festejar este día y refrendar la conciencia de que no sólo la mitad de las obligaciones, sino también de los derechos, les corresponden.
Pero fue necesario que pasaran muchos años para que la paquidérmica Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 16 de diciembre de 1975 institucionalizara en el universo el DIA INTERNACIONAL POR LOS DERECHOS DE LA MUJER, como un reconocimiento a su laborioso y decisivo papel en la sociedad y a la heroica y valiente lucha de las mujeres del mundo a lo largo de muchas centurias y en especial al papel combativo y a las gestas lideradas por Clara Zelkin y Kate Dunker,[2] en los movimientos feministas de Copenhague en 1910, cuyos frutos serían recompensados con las protestas de San Petersburgo y Moscú en 1917, cuando miles de mujeres, de los hogares y de las fábricas, valientes, heroicas y luchadoras obligaron a abdicar al omnímodo Zar y a que el Gobierno Revolucionario Provisional de los Bolchevique les reconociera el derecho al voto, el 23 de febrero del calendario juliano usado en Rusia, correspondiente al 8 de marzo del Calendario gregoriano aceptado en el resto de las naciones del mundo.
Y esas luchas han sido constantes desde el mismo momento en que Yahvé Dios creó al hombre y sacó a la mujer de una de sus costillas en el Edén, según lo narra la Biblia. Desde el mismo momento en que, Zeus, el prepotente padre de los dioses del Olimpo, puso a Epimeteo y a Pandora en la faz de la tierra para que la poblaran con su progenie.
Desde el mismo momento en que Eva[3] y Pandora las primeras mujeres de la creación, según la tradición judía y según la mitología griega, inducen y persuaden, la primera a Adán para que desobedezca el mandato divino y arranque del árbol del bien y del mal y coma su delicioso fruto y la segunda a Epimeteo, para no oiga el mandato de Zeus y abra la Caja llena de sorpresas, males y placeres que le trajo Hermes, el mensajero de los dioses, como regalo de bodas.
Desde esos lejanos y remotos días sumergidos en los recovecos de los tiempos el mundo se ha movido por una ley universal de atracción de lucha de contrarios y encuentra su punto esencial en el hombre y en la mujer, la mujer y el hombre, como principales actores, cuyos enfrentamientos continuos hacen suponer que en este paraíso terrenal, en el Cielo o en Olimpo, a pesar de todas las contradicciones y las discriminaciones existentes, los dos, el hombre y la mujer, la mujer y el hombre, no son sino uno solo y el uno no se mueve sin el concurso del otro.
Para comprender en toda su magnitud el enorme cambio que en los últimos tiempos ha experimentado la condición femenina, es necesario que se mire un poco el pasado ignoto, tanto en la realidad como en la fábula.
PAPEL DE LA MUJER A TRAVÉS DE LA HISTORIA
La mujer ha ocupado como regla general una posición subordinada con respecto al hombre en las sociedades que antecedieron a la actual. Esta posición secundaria se ha visto ligada a una determinada estructura marcada muchas veces por principios económicos, tradicionales, culturales, filosóficos, étnicos y religiosos, que diferencian cada uno de los roles en los géneros masculinos y femeninos.
Para los antiguos griegos, la mujer como única representante del Bello Sexo es semejante a las flores de un jardín que todo lo engalanan y aromatizan con sus efluvios divinos y su lugar estaba en el hogar organizando las cosas de su esposo y sumisa a él, preparándole exquisitos manjares, arreglando los asuntos de la casa y en las noches debía estar en el tálamo nupcial esperando con ansias despertar los fuegos artificiales del himeneo con los versos melodiosos de su amante.
En este sentido hay que decir que los derechos de la mujer no aumentaron con respecto a las civilizaciones egipcia y mesopotámica. Las leyes reconocían el divorcio y el repudio de la esposa sin necesidad de alegar ningún motivo. Solo en casos de malos tratos, la mujer podía conseguir que se disolviera el matrimonio.
Por lo demás, pasaba su vida confinada en el hogar y tenía a su cargo el cuidado de los hijos y de los esclavos sin que se le permitiera participar en los negocios públicos. En su niñez vivía al lado de su madre y se casaba a los quince años, sin saber con quién y a donde iba a vivir.
En esta época hay que recurrir a la mitología para comprender mejor la situación de la mujer. Penélope, símbolo del amor marital, tejiendo y destejiendo una manta para no caer en las fauces de los Pretendientes, debió esperar veinte años al vagabundo de Odiseo (Ulises), cuyas aventuras narradas por Homero en el mar Egeo, no son sino el reflejo de la sociedad de aquellos tiempos heroicos.
Otro tanto habría que decir de Safo[4], convertida en el símbolo de la rebeldía femenina contra el machismo pernicioso del hombre, fue estigmatizada hasta el punto de dar origen al safismo o lesbianismo, como designa a la mujer homosexual.
En tiempos del Imperio Romano la familia patriarcal. El pater familia, o sea el marido constituía la cabeza visible de la misma y ejercía autoridad completa sobre los demás miembros de la casa. La mujer romana mejoró su posición con respecto a la griega, aunque estuvo bajo la tutela del varón como 'hija agnada'.
Entre los musulmanes, seguidores de las doctrinas de Mahoma, la familia es esencialmente patriarcal. El padre de la familia ejerce poder sobre su esposa, hijos y criados. La poligamia, aún en nuestros días es corriente entre los ricos, los pobres son monógamos por necesidad. Para ellos el mejor arquetipo de amante es el rey Salomón, que según lo narra la Biblia, tuvo trescientas esposas, seiscientas concubinas sin incluir, la larga lista de favoritas, que él mismo da en sus autobiografías como la bella y espléndida Balkis, reina del mítico mundo de Saba.
En la sociedad feudal la mujer tenía a su cargo todas las funciones domésticas, amasaba el pan, preparaba la comida, cuidaba de los animales domésticos y al mismo tiempo ordeñaba la cabra y la vaca que proporcionaban la leche. Estaba especializada en la elaboración de productos alimenticios, al llegar a la edad de merecer era entregada a un señor feudal o aun caballero, si pertenecía a la nobleza, sin que ella pudiera escoger su marido. Además, en el caso de la servidumbre, el pretendiente exigía una dote para cargar con ella y el señor del feudo al cual pertenecía reclamaba el derecho de pernada, que consistía en que la primera noche de bodas era él quien estaba con la desposada, tradición oriental, en que la mujer a pesar de estar con el amo seguía siendo virgen.
Tratadistas como Erasmo de Rótterdam, que propugnó un humanismo cristiano en el siglo XVI, no pusieron romper con la misoginia heredada desde los tiempos medioevales. La mujer en todo caso tenía tres funciones básicas:
Ser buena madre y esposa.
Ordenar el trabajo doméstico, y
Perpetuar la especie humana.
Fray Luis de León5 en su obra La Perfecta Casada, que es una exposición del último capítulo del Eclesiástico y donde recoge también las doctrinas del Concilio de Trento y traza el perfil ideal de la mujer: modesta, recatada, obediente, sacrificada, defensora del propio honor y de la familia y educadora de sus hijos.
ORÍGENES DEL FEMINISMO HISTÓRICO
La desigualdad jurídica del conjunto de la sociedad fue una constante en los antiguos regímenes. Nobles y clérigos se repartían los privilegios, pues manejaban a su antojo y arbitrariamente leyes, cargos públicos, derechos políticos y libertades de expresión, economía y bienes, vedados a la gran mayoría de la población.
En el caso de las mujeres, la mitad de la población, siguió sometida a las labores de la casa, de la procreación y del cuidado de sus hijos y la subordinación total y plena al hombre, padre o esposo.
La Revolución Francesa (1789) y las demás revoluciones liberales-burguesas plantearon como objetivo central la consecución de la igualdad jurídica y de las libertades de los derechos políticos.
Pronto surgió la gran contradicción que marcó la lucha del primer feminismo: las libertades, los derechos y la igualdad jurídica que habían sido las grandes conquistas de las revoluciones liberales no afectaron a la mujer. Los Derechos del Hombre y del Ciudadano que fue la gran conquista de la Revolución Francesa y que influyó en las postreras independencias de los pueblos americanos, se refería exclusivamente al hombre. No al conjunto de los seres humanos.
Las mujeres de esos tiempos, jamás aceptaron la explicación cursi de que el término “hombre” era genérico y globalizaba a todos los descendientes de Adán y Eva.
A partir de aquel momento se inició el movimiento feminista que luchó por la igualdad de la mujer y de su liberación. Durante ese período, el principal objetivo del movimiento de las mujeres fue la consecución del derecho del voto. Nació así el movimiento sufragista.
“El Feminismo ha sido, como movimiento social, una de las manifestaciones históricas más significativas de la lucha emprendida por las mujeres para conseguir sus derechos. Aunque la movilización a favor del voto, es decir, el sufragismo, haya sido uno de sus ejes más importantes, no puede equipararse al movimiento feminista en si. Este último tiene una base reivindicativa muy amplia que, a veces contempla el voto y en otras demandas sociales[6].
LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y LOS DERECHOS DE LA MUJER
Aunque antes de la revolución hubo mujeres que desde una posición individual plantearon reivindicaciones en pro de la igualdad femenina, como en el caso de la española Josefa Amar que publicó los libros “Discurso sobre la educación física y moral de las mujeres” (1769) y la “Importancia en la instrucción que conviene a las mujeres” (1784), hubo que esperar a la Revolución Francesa para que la voz de las mujeres empezara a expresarse de manera colectiva.
Es importante señalar entre los ilustrados franceses que elaboraron el programa ideológico de la revolución es Condorcet7, en su obra “Bosquejo de una tabla histórica de los progresos del Espíritu humano” (1795), quien reclamó el reconocimiento del importantísimo papel de la mujer en la sociedad.
En sus escritos, publicados desde la clandestinidad comparó la condición social de las mujeres de su época con los esclavos y planteó la gran contradicción al decir que una revolución que basaba su justificación en la idea universal de la igualdad natural y política de los seres humanos: libertad, igualdad y fraternidad, y negaba el acceso de las mujeres no podía llamarse revolución.
“El hábito puede llegar a familiarizar a los hombres con la violación de los derechos naturales, hasta el extremo de que no se encontrará a nadie de entre los que han perdido que piense siquiera en reclamarlo, ni crea haber sido objeto de una injusticia. Por ejemplo, ¿no han violado todos ellos el principio de la igualdad de derechos al privar, con tanta irreflexión a la mitad del género humano del de concurrir a la formación de las leyes, es decir, excluyendo a las mujeres del derecho de ciudadanía? ¿ Puede existir una prueba más evidente del poder que crea el hábito, incluso cerca de los hombres eruditos, que el de invocar el principio de la igualdad de los derechos y de olvidarlo, con respecto a doce millones de mujeres”8.
Es importante anotar el papel que jugaron Olimpia Gouges9 y Mary Wollstonecraft10, grandes animadoras y protagonistas de la contestación femenina. Olimpia Gouges, publicó en 1791 la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, donde hacía un calco de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), pero además denunciaba que la Revolución hubiese olvidado a las mujeres en su proyecto igualitario y liberador.
“La Mujer nace libre y debe permanecer igual al hombre en sus derechos. La ley debe ser la expresión de la voluntad general; todas las ciudadanas y los ciudadanos deben contribuir, personalmente o por medio de sus representantes a su formación”.
El programa de Olimpia Gouges era claro: libertad, igualdad y derechos políticos, especialmente el derecho de voto para las mujeres. Sin embargo, muy pocos revolucionarios compartían esta posición11. El encarcelamiento y ejecución de Olimpia Gouges durante la dictadura jacobina simbolizó el fracaso de la primera lucha feminista por sus derechos, que serían apabullados definitivamente en el Código Civil Napoleónico al negar los derechos civiles a la mujer, e imponer leyes discriminatorias, según las cuales el hogar era definido como el ámbito exclusivo de la actuación femenina.
EL MOVIMIENTO FEMINISTA EN INGLATERRA
Mary Wollstonecraft inicia con su obra “Vindicación de los Derechos de la Mujer” la larga y combativa tradición del feminismo anglosajón. Se opone al absolutismo de los reyes y señala la conexión existente entre el sistema político y las relaciones de poder entre los sexos. “Los hombres ejercen una verdadera tiranía absolutista sobre las mujeres en el ámbito familiar y en la casa”, escribe en su obra.
Para Wollstonecraft, la clave para superar la subordinación femenina era el acceso a la educación. Las nuevas mujeres educadas no sólo alcanzarían un plano de igualdad con respecto a los hombres, sino que podrían desarrollar su independencia económica accediendo a actividades remuneradas. No dio importancia a las reivindicaciones políticas y tampoco hizo referencia al derecho de voto femenino.
Hay que destacar que las ideas de Wollstonecraft tuvieron amplia repercusión entre los pensadores liberales ingleses, entre quienes se destaca la figura de John Stuart Mill12, quien junto con su esposa Harriet Taylor Mill, publicó en 1869 el libro “El Sometimiento de la Mujer”. En el que sitúa en el centro del debate feminista la consecución del derecho de voto para la mujer: la solución de la cuestión femenina pasaba por la eliminación de toda traba legislativa discriminatoria. Una vez suprimidas estas restricciones, las mujeres superarían su sometimiento y alcanzarían la emancipación.
“El principio regulador de las actuales relaciones entre los dos sexos – la subordinación legal del uno al otro – es intrínsecamente errónea y ahora constituye uno de los obstáculos más importantes para el progreso humano; y debiera ser sustituido por un principio de perfecta igualdad que no admitiera poder ni privilegios para unos ni incapacidad para otros”.[13]
Mill, en todo caso trataba de aplicar el principio del laissez faire, dogma básico del liberalismo a la problemática femenina.
El libro de Mill tuvo un enorme impacto, pues fue la pionera para la internalización del movimiento sufragista al ser editado ese mismo año en Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Francia, Alemania, Austria, Suecia, Dinamarca Italia y Polonia, suscitando el interés y la reflexión de muchas mujeres intelectuales y cultas, entre ellas Lidia Becker14, quien fundó en la Gran Bretaña la primera organización de mujeres del mundo conocida como la Asociación Nacional para el Sufragio de la Mujer.
Pero, además de la perniciosa tradición religiosa, debió enfrentar a Millicent Garret Fawcet15 quien encabezó el movimiento de las sufragistas moderadas y centraba su labor en la propaganda política, convocando mítines y campañas de persuasión, siguiendo siempre una estrategia de orden y de legalidad.
También surgió la corriente de opositoras al sufragismo que esgrimieron la frase “la mujer quiere el pan, no el voto”. En 1861, los estudiantes de medicina del hospital Middlesex, protestaron abiertamente por la presencia de Elizabeth Garret Anderson, en dicha institución, pues lo consideraron una ofensa a los instintos y sentimientos naturales. Esa corriente en contra del voto femenino se materializaría en noviembre de 1908 con la fundación de la Liga Nacional de Mujeres Antisufragio, cuya primera presidenta fue la novelista Mary Ward.
La ausencia de resultados de la estrategia moderada trajo consigo que a finales del siglo XIX Emmeline Pankhurst16 creara la Unión Social y Política de Mujeres, que consiguió que el ultraconservador parlamento inglés aprobara en 1895 la ley que permitía votar a las mujeres en las elecciones locales, después de largos enfrentamientos que incluyeron sabotajes manifestaciones, marchas en varias ciudades e incendios de locales comerciales. Su cuartel de Manchester lo trasladó a Londres, donde junto con sus hijas, organizó marchas de protestas frente a la Cámara de los Comunes lo que le valió continuos encarcelamientos.
En Inglaterra la represión del gobierno fue tan brutal contra las mujeres que reclamaban el derecho de voto, que el Parlamento aprobó la famosa Ley del Gato y el Ratón, en que las mujeres representaban los ratones y las autoridades por el gato, y solo serían liberadas únicamente cuando su estado físico fuese preocupante.
“Nos tienen sin cuidado vuestras leyes caballeros, nosotras situamos la libertad y la dignidad de la mujer por encima de todas esas consideraciones, y vamos a continuar esa guerra como lo hicimos en el pasado; pero no seremos responsables de la propiedad que sacrifiquemos, o del perjuicio que la propiedad sufra como resultado. De todo ello será culpable el Gobierno que, a pesar de admitir que nuestras peticiones son justas, se niega a satisfacerlas”.[17]
A la par de las luchas feministas, una corriente renovadora en el Parlamento británico consideró la posibilidad del voto femenino, que vino a materializarse en 1918 cuando se otorgó el derecho de voto a las mujeres mayores de 30 años, por los méritos acumulados y su decisivo papel en la Primera Guerra Mundial.
EL FEMINISMO NORTEAMERICANO
Las condiciones sociopolíticas y económicas del capitalismo norteamericano fueron propicias para el surgimiento del movimiento feminista, que en cierto sentido nació ligado a los movimientos protestantes de reforma religiosa que propugnaban una regeneración moral y la abolición de la esclavitud.
Las condiciones sociales y culturales en USA fueron especialmente favorables para la extensión de los movimientos femeninos. La interpretación individual de textos sagrados pregonada por los protestantes favorecieron el acceso de las mujeres a niveles básicos de alfabetización, lo que provocó, que a diferencia de la gran mayoría de países del mundo que mantenían relegada a la mujer a los quehaceres de la casa, el analfabetismo femenino estuviera prácticamente erradicado a principios del siglo XIX.
Fruto de ello fue el primer documento femenino colectivo norteamericano, aprobado el 19 de julio de 1848, que se denominó la Declaración de Seneca Falls, en homenaje a la Capilla Metodista de esa localidad de Nueva York.
“La Historia de la Humanidad es la historia de las repetidas vejaciones y usurpaciones por parte de hombre con respecto a la mujer y cuyo objetivo directo es el establecimiento de una tiranía absoluta sobre ella. Para demostrar esto, someteremos los hechos a un mundo confiado al hombre que nunca le ha permitido que ella disfrute del derecho inalienable del voto. La ha obligado a someterse a unas leyes en cuya elaboración no tiene voz. Le ha negado derechos que se conceden
a los hombres más ignorantes e indignos, tanto indígenas como extranjeros. Habiéndola privado de este primer derecho de todo ciudadano, el del sufragio, dejándola así sin representación en las Asambleas legislativas, la ha oprimido desde todos los ángulos. Si está casada la ha dejado civilmente muerta ante la ley. La ha despojado de todo derecho de propiedad, incluso sobre el jornal que ella misma gana. Moralmente la convertido en un ser irresponsable, ya que puede cometer toda clase de delitos con impunidad, con tal que sean cometido en presencia de su marido”.
Para los historiadores e investigadores de los Derechos de la Mujer, este Documento reviste especial importancia, por ser el primero en que se expresa la “Filosofía Feminista de la Historia”.
Pero irónicamente, el triunfo del bando nordista en la Guerra de Secesión, (1861-1865), partidario de la supresión de la esclavitud, le daba un golpe bajo al movimiento feminista que había estado ligado al abolicionismo, al negarle el derecho de voto a la mujer y otorgárselo a los negros liberados. Fue entonces cuando surgieron mujeres de la talla de Elizabeth Cady Stanton18 y Susan B. Anthony19, que crearon la Asociación Nacional por el Sufragio de la Mujer (National Woman Suffrage Asociation).
EL FEMINISMO Y EL MOVIMIENTO OBRERO
Los movimientos feministas y sufragistas del mundo debido a que fueron dirigidos por mujeres de procedencia burguesa, muy poco calaron en el ambiente de los obreros. Muy pocas veces sufragistas y feministas atrajeron la atención de las obreras y trabajadoras de las grandes factorías e industrias de los países desarrollados.
En la primera mitad del siglo XIX, los ideólogos del movimiento obrero mundial mantuvieron posiciones contradictorias, respecto a la igualdad de Derechos de la Mujer.
A la misoginia de los intelectuales revolucionarios Ferdinand Lassalle (1825-1864) y Pierre-Joseph Proudhon20, que afirmaban que “una mujer igual al hombre significaría el fin de la institución del matrimonio, la muerte del amor y la ruina de la raza humana. La única alternativa de la mujer es ser amas de casas o prostitutas”.[21]
Frente a la posición de Proudhon, surge la figura de Flora Tristán22, considerada la pionera del feminismo socialista. No obstante fueron Carlos Marx (1818-1883), Federico Engels (1820-1895) y Augusto Bebel (1840-1913), los que establecieron las bases del pensamiento socialista sobre la cuestión de la mujer.
Engels en su libro “El origen de la familia la propiedad privada y el Estado”, equiparaba la dominación de clase con la dominación de la mujer por el hombre. Para Marx y Engels, la igualdad política entre los sexos era una condición necesaria para la plena emancipación de la sociedad. Además, los fundadores del socialismo científico entendían que la base fundamental de la emancipación femenina era su independencia económica frente al hombre.
Fue el dirigente socialista alemán Augusto Bebel, el primer teórico marxista que escribió de una forma específica sobre la mujer en su libro “La Mujer y el Socialismo” (1879.
El 8 DE MARZO: DÍA EN QUE LA VALENTÍA SE HIZO MUJER
Las grandes gestoras del 8 de marzo como día Internacional por los Derechos de la Mujer fueron Clara Zetkin y Kathy Duncker quienes lo acogieron y defendieron en la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas el 27 de agosto de 1910, reunida en Copenhague, Dinamarca.
Hay que anotar que sobre el 8 de marzo existen diversas versiones. La más conocida es la un incendio ocurrido en una fábrica textil de Nueva York en 1857, donde habrían muerto quemadas las obreras que hacían una huelga. Según la historiadora canadiense Renée Coté, no existen pruebas documentales de este hecho, ni que este hecho fuera motivo para establecer una jornada internacional de las mujeres.
Algunas historiadoras feministas, cuentan que lo que pasó realmente en 1857 fue una marcha convocada en el mes de marzo por el sindicato de textileras que reclamaban una jornada laboral de 10 horas semanales. Diez años después, en 1867, también en el mes de marzo tuvo lugar una huelga de planchadoras de cuellos de la ciudad de Troy, en Nueva York, quienes formaron un sindicato y pidieron aumento de salarios. Tres meses después regresaron al trabajo con las manos vacías.
Lo cierto de todo es que historia del 8 de marzo está cruzada por situaciones y hechos que muestran un escenario más complejo y rico en acontecimientos marcados por la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la lucha por el sufragio femenino, las pugnas entre socialistas y sufragistas y el creciente auge del sindicalismo femenino en las primeras décadas del siglo anterior en Europa y Estados Unidos.
Los orígenes del Día Internacional por los Derechos de la Mujer están ligados a los partidos socialistas y en especial a las mujeres que organizaron jornadas de reflexión y acción denominadas Woman’s Day. La primera de ellas tuvo lugar el 3 de mayo de 1908 en el teatro Garrick de Chicago.
De esta manera el Día Internacional de la Mujer, propuesto el 27 de agosto de 1910 ante representantes de más de cien países por las alemanas Clara Zetkin23 y Kathy Duncker24, durante el Congreso Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhangue, Dinamarca, para conmemorar la fecha del 8 de marzo de 1857, surge para hacer propaganda a favor del sufragio femenino, para defender los derechos laborales de las trabajadoras y manifestarse contra la guerra.
En Europa, específicamente en Alemania y en Dinamarca25, el Día Internacional de la Mujer se celebró el 19 de marzo de 1911. Después de la Primera Guerra Mundial, y sobre todo a partir de 1921, otros países de Europa, Asia, África y Oceanía se sumaron a la celebración de este día como un símbolo de la aspiración y del trabajo de miles de mujeres por crear un mundo más justo, donde se respeten sus derechos y se reconozca su igualdad. De esta manera se hacía justicia después de casi doscientos cincuenta años con la batalla librada por Olympie de Gouges, quien se rebeló contra la cáfila de ilustrados que accedieron al poder después de la Revolución Francesa, al publicar la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana en 1791.
LAS MUJERES GANAN EL DERECHO DE VOTO
La Segunda Revolución Industrial como han llamado los historiadores los cambios políticos, económicos y sociales iniciados a partir de la segunda mitad del siglo XIX en los países más desarrollados, influyó notablemente en el fortalecimiento de los movimientos feministas del mundo. Varios factores influyeron en esta aceleración, tales como la incorporación de la mujer al trabajo. El sufragismo surgió en los países que adoptaron el régimen capitalista, países de clase media poderosa y con unos ideales democráticos asentados en sus instituciones políticas. En los países nórdicos se dio el sufragismo debido a la mentalidad progresista imperante y al peso social de la mujer, que facilitaron la equiparación jurídica de los sexos. En los países protestantes hubo movimientos sufragistas fuertes y solo gracias a su lucha se consiguieron las reformas y el voto.
El voto femenino fue aprobado inicialmente en algunos Estados de la Unión de Estados Americanos y posteriormente el fenómeno del sufragismo se fue extendiendo a algunos países donde se acogió mediante consultas populares. En 1917, fue elegida en Montana Jeanne Rankin.
Cuadro Comparativo del reconocimiento del voto femenino en algunos países del mundo:
LOS DERECHOS DE LA MUJER EN AMÉRICA LATINA
En los países de América Latina por su condición de subdesarrollada, la lucha de la Mujer por sus derechos en el campo jurídico y en el político, se dio tardíamente. En 1923 en el marco de la Quinta Conferencia Panamericanarealizada en Santiago de Chile, los representantes de los Estados se comprometen, ante la presión de la Organización de Mujeres de Chile, que esgrimía la bandera del acceso al sufragio, la educación igualitaria y a recibir salario igual en el trabajo, trabajar en pro de eliminar aquellas leyes y decretos contrarios a los derechos de las mujeres como ciudadanas de los países signatarios.
En 1928 se creó la Comisión Interamericana de Mujeres, dentro de la Organización de Estados Americanos, cuyos objetivos eran buscar solución a la discriminación de la mujer por su condición de “sexo débil”.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, los derechos humanos vuelve a ser una preocupación mundial, cada país analiza muy particularmente su estructura jurídico política. En 1948, las Naciones Unidas aprueban la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Un hecho poco divulgado es la presencia de cuatro mujeres combativas que firmaron la flamante Carta: la dominicana Minerva Bernardino, la brasilera Berta Lutz, la norteamericana Virginia Gildersleeves y la china WuYi-Tang. Fueron ellas, quienes a lo largo de casi seis mes de discusión en la alta corporación, pusieron en entre dicho que la recién creada Liga de las Naciones del Mundo hiciera una Declaración Universal de los Derechos del Hombre, consiguiendo que se cambiara por Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Quizá uno de las más tenaces luchas de este grupo valioso de mujeres fue conseguir que se creara la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, cuya primera presidenta fue Minerva Bernardino, cuyo logro más importante fue consagrar los derechos políticos de las mujeres y la creación del Tribunal Internacional de Crímenes contra las mujeres, con sede en Bruselas. Se adoptan medidas sobre las mujeres casadas, y en algunos Estados se otorgan los primeros derechos políticos para elegir y ser elegida, casi un siglo después de haberse firmado el Acta de Séneca Falls, en 1848, una pequeña comunidad de Nueva York.
Pero uno de los triunfos más notables de la mujer al interior del paquidérmico organismo fue la institucionalización del Día Internacional para la defensa de los Derechos de la Mujer el 16 de diciembre de 1975 y posteriormente aprobara Declaración para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer en 1979. El objetivo de este Día es exhortar a los Estados a que continúen contribuyendo a la creación de condiciones favorables para la eliminación de la discriminación en contra de la mujer y para su plena participación en condiciones de igualdad en el proceso de desarrollo social.
Haciendo de esta manera justicia al importante papel que a lo largo de casi tres siglos de luchas, iniciada por Olimpia Gouges, había comprometido a mujeres tan importantes e ilustres para que se le reconocieran sus derechos como parte esencial de la otra mitad de seres humanos que pueblan la tierra.
FECHAS IMPORTANTES EN LA LUCHA POR LOS DERECHOS DE LA MUJER
1743 Condorcet publica “Bosque de una tabla histórica de los progresos humanos”.
1791 Olimpia de Gouges publica los “Derechos de la Mujer y de la ciudadana”
1792 Mary Wollstoncraft publica “Vindicación de los derechos de la mujer”
1843 Flora Tristán publica “La Unión Obrera”
1848 Declaración de Seneca Falls –Estados Unidos-
1857 Ocurre un incendio en la fábrica textil Lower East Side, de Nueva York
1867 Huelga de Planchadoras en Troy, Nueva York
1869 Wyoming primer Estado de Estados Unidos en otorgar el derecho de voto femenino
1869 John Stuart Mill publica “El sometimiento de la mujer”
1879 Augusto Bebel publica “La mujer y el Socialismo”
1884 Federico Engels publica “El origen de la familia la propiedad privada y el Estado”
1893 Nueva Zelanda primer país en otorgar el derecho de voto a la mujer
1897 Lidia Becker y Milicent Fawcet fundan la Unión Nacional de Sociedades para el sufragio de la Mujer
1903 Emmeline Pankhurst y sus seguidoras fundan la Unión Política y Social de Mujeres
1906 Finlandia, primer país europeo en otorgar el voto femenino
1907 Bajo la presidencia de Clara Zetkin, se reúne la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas
1908 Feministas socialistas realizan una Jornada en el Teatro Garrick, para hacer campaña por el sufragio femenino. Es el primer “Woman’s Day”
1909 El Comité feminista del Partido Socialista Norteamericano establece celebrar cada mes el Woman’s Day
1910 Se realiza la 2ª Conferencia Internacional de Mujeres Socialista en Copenhague. Las delegadas norteamericanas Lena Morrow Lewis y May Wood Simons presentan la propuesta de celebrar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. Clara Zetkin, su presidenta la apoya y la defiende para que se apruebe.
1911 El primer día Internacional de la mujer se celebra el 19 de marzo en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, conmemorando el levantamiento que hubo en Prusia en esa fecha.
1913 El parlamento Británico aprueba la “Ley del gato y el ratón”
1913 El 17 de febrero (2 de marzo del Calendario occidental) las mujeres rusas celebran por primera vez el Día Internacional de la Mujer bajo la denominación del “Día internacional de las Obreras”
1914 El 8 de marzo se realizan diverso actos en Alemania, Suecia y Francia.
1915 El 8 de marzo un gran contingente de más de cien mil mujeres salen a las calles de Oslo a protestar contra la Primera Guerra Mundial.
1917 Jeannet Rankin, primera mujer elegida en el Congreso de Estados Unidos.
23 de Febrero (8 de marzo en el Calendario Occidental). En San Petersburgo, contrariando las órdenes del Zar protestan en las calles pidiendo pan y el regreso de los combatientes. Esta manifestación a la que se unieron obreros y estudiantes es considerada como el detonante de la Revolución Rusa, porque el Zar abdica y el Gobierno Provisional otorga el derecho al voto de la mujer.
1918 Se funda en Madrid la Asociación de Mujeres Españolas.
El Parlamento Británico aprueba una ley electoral que otorga el derecho al voto a las mujeres mayores de 30 años.
1920 Se aprueba la XIX enmienda a la Constitución de USA por lo que las mujeres mayores de edad obtienen el derecho al voto.
1931 En Cuba se celebra el primer Día Internacional de la Mujer, gesta liderada por las dirigentes Panchita Batet y Josefina Madera.
La Constitución de la República Española otorga el derecho de sufragio a las mujeres mayores de edad.
1935 Mujeres del Partido Nacional Revolucionario, en México, celebran el Día Internacional de la Mujer, el 9 de marzo.
1936 El Movimiento pro emancipación de la Mujer, en Chile, celebra el primer Día Internacional de la Mujer.
1944 En Venezuela se celebra por primera vez el Día Internacional de la Mujer.
1945 Francia e Italia otorgan el derecho de voto a la mujer.
En Colombia, la mujer es habilitada para ocupar cargos públicos.
En Inglaterra, bajo la Presidencia de Lady Megal Lloyd George, mujeres de 20 países del mundo aprueban la Carta de la Mujer para presentarla a las Naciones Unidas que se reunirán en San Francisco.
1957 Mediante un plebiscito en Colombia se otorga a la mujer el derecho de elegir y ser elegida.
1972 En Roma se organiza la primera manifestación feminista.
1975 En Nueva York, la Asamblea de las Naciones Unidas, institucionaliza el 8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer.
1976 Se instala en Bélgica el Primer Tribunal Internacional de Crímenes contra la mujer
1976 Puerto Rico: el Gobierno institucionaliza el Día Internacional de la Mujer.
1978 En El teatro Caupolicán de Santiago de Chile, bajo la sangrienta dictadura de Pinochet, miles de mujeres celebran el Día Internacional por los Derechos de la Mujer.
1980 En Roma se celebra por primera vez unitariamente el Día Internacional por los Derechos de la Mujer.
1980 En Chile, miles de mujeres son detenidas y ultrajadas por la DINA de Pinochet cuando celebraban el Día Internacional por los Derechos de la Mujer.
1980 Islandia, por primera vez las mujeres realizan una huelga general demostrando que CUANDO LAS MUJERES PARAN, TODO PARA.
1982 En Francia, el Gobierno de Mitterrand declara el 8 de marzo como Día Nacional de la Mujer
1983 En Lima, el festival Canto a la Vida, inicia la celebración del Día Internacional de la Mujer en el Perú.
1984 En Argentina, después de la dictadura, por primera vez en la Plaza de Mayo, se celebra el Día Internacional de la Mujer.
En Uruguay, cientos de mujeres celebran por primera vez el Día Internacional de la Mujer.
En Brasil, mujeres en el Día Internacional de la Mujer, exigen elecciones ya y cárcel a los maridos golpeadores.
1985 En Suiza, frente al edificio de las Naciones Unidas, en Ginebra, cientos de mujeres celebran el Día Internacional por los derechos de la Mujer.
1985 En Uruguay, en el primer año de apertura democrática, miles de mujeres celebran el Día Internacional de la Mujer, bajo el lema “Las mujeres no solo queremos dar la vida, queremos cambiarla”.
1986 En la India, en Nueva Delhi, se realiza por primera vez el festival y el Día Internacional de la Mujer.
En Chile, bajo la consigna “No más, porque somos más”el movimiento feminista realiza una marcha que es reprimida con gases lacrimógenos
1987 En Tanzania, en el Día Internacional de la Mujer, un grupo de periodista funda la Asociación de Mujeres Periodistas.
En México, aparece el 8 de marzo el primer número de Doble Jornada, suplemento feminista ideado por un grupo de mujeres periodistas que trabaja en el Diario La Jornada.
En Brasil, desafiando la prohibición del gobierno de Sao Paulo de celebrar el Día Internacional de la Mujer, diversas organizaciones feministas realizan mítines y marchas de protestas frente al edificio federal.
1989 En Holanda, surge el 8 de marzo con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer “Un partido de las mujeres para todos, y no un partido de todos para las mujeres.
En Chile, resurge el 8 de marzo el Movimiento pro emancipación de la Mujer Chilena, que había fundado en 1935 Elena Cafarena.
Brasil, en Río de Janeiro, se celebra una liturgia cuyo canto era “gloria a Dios en las alturas y a la madre de Dios en la Cocina”.
1990 En Costa Rica, en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer, el presidente Oscar Arias proclama la Ley de Promoción e Igualdad Social de la Mujer.
1991 En USA, un grupo de funcionarios de la Naciones Unidas, declara que ese organismo no debe celebrar el 8 de Marzo, porque allí se incumplen los principios de igualdad en los procesos de selección de los cargos.
1993 En Camboya, en Pnom Penh, marchas de mujeres piden al parlamento el reconocimiento de sus derechos como mujeres y como ciudadanas.
En Suiza, miles de mujeres protestan ante el Palacio de las Naciones y solicitan que las violaciones de mujeres en la ex Yugoslavia sean considerados crímenes contra la humanidad.
En Filipinas, en el Día Internacional de la Mujer, las representantes femeninas asumen la Dirección de la Cámara de Representantes.
1994 En Alemania, se realiza la primera huelga de mujeres en represalia a la discriminación y a la crisis del desempleo femenino.
En Italia, miles de mujeres desfilan por las calles de Roma en el Día Internacional de la Mujer con una enorme pancarta con la leyenda “las mujeres gobiernan la vida cotidiana, demasiados hombres la destruyen”.
1995 En Copenhague, Dinamarca, en el Día Internacional de la Mujer, en la Asamblea de las Naciones Unidas, organizaciones de diferentes países lanzan la campaña “180 días/ 180 vías de Acción”.
Argelia, por primera vez se celebra el Día Internacional de la Mujer.
1997 La organización Mundial de Mujeres por la Paz, lanza la campaña “Gobiernos del Mundo por la Paz”.
1998 En Europa, el Parlamento europeo, por primera vez se interesa por los problemas de las mujeres Afganas y Emma Bonino, comisaria y responsable de la CE, lanza la campaña “una flor para las mujeres de Kabul”.
2000 Polonia, miles de mujeres participan en manifestaciones callejeras contra la violencia y la discriminación bajo la frase “más Derechos, menos flores”.
En Francia, miles de delegaciones organizaciones feministas depositan una ofrenda floral en memoria de la “esposa del soldado desconocido”.
En Grecia, miles de mujeres en el Día Internacional de la Mujer protestan contra el gobierno por aceptar propaganda contra el aborto en tarjetas de telefonía.
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Fuentes
Baerga, María del Carmen y/o: “8 de Marzo. Luchas cotidianas a favor del bienestar y la igualdad”. Centro de Investigaciones de la Universidad del Sagrado Corazón de Jesús, Puerto Rico, 1988.
Bougeteau, Sylviane: “El 8 de Marzo ¿mito o leyenda?”, FEM No. 51, México 1987.
Capomazza, Tilde y Ombra, Marissa: “8 de Marzo. Historia, mito y rito del Día Internacional de la Mujer”. Cooperativa Utopía, Italia, 1985.
Centro de Documentación de Isis Internacional:
Cóte, Renée: “El Día Internacional de la Mujer. Los verdaderos hechos ay las verdaderas fechas”. Editions de Rémue Menaje, Montreal, 1984.
Jaiven Lau, Ana: “1909: la huelga de la mujeres”, FEM, No. 45, México 1986.
Martín Gamero, Amalia: “Antología del Feminismo”. Alianza Editorial, Madrid, 1975.
__________________ [1] Trabajo leído en el Salón del Rey de la Casa de España de Cartagena de Indias, Colombia, el Día 8 de marzo del año 2001. [2] Combativas líderes del Partido Socialista Alemán, cuyas biografías se insertan más adelante en este Documento, que junto a Rosa Luxemburgo, libraron grandes gestas en pro de los Derechos de la Mujer. [3] Eva: nombre hebreo que significa “madre de los vivientes”. Según el Génesis, salió de una costilla de Adán cuando fue sometido por Dios a un profundo sopor. Indujo a Adán para que desobedeciera a Dios y comieran la manzana del árbol del bien y del mal. Pandora, primera mujer de la mitología griega. Según Hesíodo fue formada de arcilla por Vulcano. Su nombre significa “todo es placer, dicha, felicidad, sorpresa”. Indujo a Epimeteo para que desobedeciera a Zeus y abriera la Caja que éste le había enviado como regalo de Bodas. [4] Safo (628-532), Poetisa griega, expulsada de Mitilene donde tenía una escuela de danza, música y poesía, fue confinada a vivir en la Isla de Lesbos donde fundó la primera escuela de poesía femenina del mundo. [5] Fray Luis de León, figura relevante de la Escuela religiosa, nació en Belmonte (1527-1591). Fue acusado ante el Tribunal de Inquisición por los miembros de su propia comunidad, los Agustinos, por haber traducido el Libro del Cantar de los Cantares. Es conocido como el “Príncipe de los líricos castellanos”. [6] NASH, Mary y TAVERA, Susa: “Experiencias desiguales: conflictos sociales y respuestas colectivas”. Madrid, 1995. Ed. Síntesis [7] Jean Antoine Condorcet, 1743-1794. Filósofo francés, matemático y dirigente político. Nació en Ribemont y fue educado en las Escuelas Jesuitas y en el Colegio de Navarra en París. Fue uno de los grandes animadores de la Revolución Francesa. Fue elegido miembro de la Asamblea Legislativa y Presidente en 1792. Fue un crítico acervo contra los exceso cometidos por algunos miembros de la revolución contra los girondinos. Murió en extrañas circunstancias en 1974. [8] Condorcet:”Essai sur l’admission des femmes au droit de cité” en PAULE-MARIE DUVONT : “Las Mujeres y la Revolución”, Barcelona, 1974, Ed. Península. [9] Olimpia de Gouges, (1748-1793). Hija de un carnicero y de una lavandera. Contrajo matrimonio con un hombre rico que le triplicaba la edad. Al quedar viuda, heredó suficiente dinero para mantenerse bien en París. Además percibía ingresos por su condición de escritora, no obstante su pobre educación que se mostraba en su gramática, ortografía y caligrafía. Fue objetivo del terror jacobino por su manifiesto feminismo y su oposición a la pena de muerte del rey Luis XVI, lo que le valió el calificativo de traidora de la Revolución. Prolífica escritora política se manifestó en contra de Robespierre y Marat, quienes la llevaron a la guillotina en 1793. Su obra fue profundamente a la vez feminista y revolucionaria. [10] Mary Wollstonecraft, (1759-1797). Escritora y feminista inglesa, probablemente nacida en Londres. Junto con sus hermanas montó una escuela y también se desempeñó como institutriz en Irlanda. Su obra obra más famosa es “Vindicación de los Derechos de la Mujer” (1792), donde afirma que el ideal del matrimonio reside en la afinidad intelectual y la igualdad de oportunidades para ambos sexos, también escribió “La Novela de María” (1788) . Durante la Revolución Francesa tuvo una significativa participación. [11] “La lucha de clases en el apogeo de la Revolución Francesa-1793”, Varios Autores. Madrid, 1974. Alianza Editorial. [12] John Stuart Mill, (1806-1873)., Su obra causó gran impacto en el pensamiento británico del siglo XIX, no solo en filosofía y economía, sino también en las ciencias políticas, lógica y ética. En el ensayo sobre La Libertad, expuso sus ideas sobre la libertad que podía estar amenazada por la desigualdad social como por la tiranía política. Su defensa sobre el sufragio femenino en los debates del Programa de Reformas de 1867 trajo consigo el movimiento femenino sufragista. En su trabajo “Sobre la esclavitud de las Mujeres”, esboza diferentes épocas en que la mujer por la tradición y por la Iglesia Católica es sometida. [13] Harriet Taylor Mill y John Stuart Mill: “El sometimiento de la Mujer”, 1869. [14] Lydia Becker, nació en Manchester, (1827-1890). Estudió Biología. A partir de 1866 ,se convirtió en una ferviente activista por los derechos del sufragio femenino. Para defender e impulsar sus ideas fundó el periódico “Diario por el Sufragio de la Mujer”. [15] Millicent Garret Fawcet, 1847-1929. Su poderosa organización llegó a contar con más de 100.000 afiliadas en el año de 1914. [16] Emmeline Goulden Pankhurst, (1858-1928). Sufragista inglés. Nació en Manchester. Estudió en la Escuela Normal de París. Falleció en Londres el día 14 de junio de 1928, pocos días antes de que se otorgara el derecho al voto femenino. [17] Pankhurst Emmeline: “Mi propia Historia”, citada por Martín Gamero, “Antología del Feminismo”, Madrid, 1990. [18] Elizabeth Cady Stanton, (1815-1902), feminista norteamericana, que junto a Susan . Brownel Anthony, dirigió y encabezó la lucha por el sufragio femenino en Estados Unidos. Nació el 12 de noviembre en Nueva York y desde su época de estudiante en el Seminario Femenino Troy simpatizó con las luchas antiesclavistas. Esposa del periodista Henry Stanton con el que tuvo siete hijos. En 1848 con Lucrecia Coffin Mott, estuvo al frente de la organización de la Primera Asamblea en defensa de los Derechos de la Mujer. Junto a Susan B. Anthony publicó desde 1870 el semanario Revolution y en coautoría de ellas con Matilda Joslyn Gage publicaron los 6 volúmenes de la Historia del Sufragio Femenino. Murió el 26 de octubre de 1902.. [19] Susan Brownel Anthony (1820-1906). Destacada reformadora social norteamericana, natural de Adams (Massachusetts) donde nació el 26 de agosto de 1820. Pedagoga, cuáquera liberal y reformista radical, participó activamente en la Guerra de Secesión en el bando abolicionista. Fundó la liga de Mujeres Leales, en la lucha antiesclavista. En el periódico Revolución, que fundara con Elizabeth Cady Stanton, defendió el derecho de voto de la mujer de cualquier raza. Participó en 1888 en la Asamblea Internacional de Mujeres en Inglaterra donde participaron 48 países. Murió el 13 de marzo de 1906 en Rochester (Nueva York). [20] Pierre Joseph Proudhon (1809-1865), escritor e ideólogo francés, conocido como el padre del anarquismo y del radicalismo moderno. Es autor de las Contradicciones Económicas o La Filosofía de la Miseria, que fue refutado por Carlos Marx en su obra Miseria de la Filosofía. [21] Proudhon, Pierre Joseph: “De la capacidad de las clases obreras” (1863) [22] Flora Tristán (1803-1844), autora y activista francesa, que escribe en la lengua inca de sus ancestros. Hija de una dama francesa y del peruano Mariano Tristán y Moscoso. Emprendió una campaña en su periódico Unión en favor de la emancipación de la mujer, los derechos de los trabajadores y contra la pena de muerte. De ella dijo Marx que era “una mujer de altos ideales nobles”. [23] Clara Zetkin (1857-1933). Política y consagrada dirigente feminista, creadora del Día Internacional de la Mujer. Nació en Wiedenau (Sajonia) el 5 de julio de 1857. Cuando estudiaba para maestra en Leipzig, contrajo nupcias con el estudiante ruso Osip Setkin (de soltera apellidada Eissner). Ingreso al Partido Socialdemócrata poco antes que el emperador Otto von de Bismarck. Después de un exilio de casi diez años volvió a Alemania para organizar la acción femenina del partido. Estuvo al frente de la organización de la conferencia internacional para mujeres en 1907 y en 1910 en Copenhague, Dinamarca propuso en el Congreso Internacional de Mujeres el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. Después de la Primera Guerra Mundial, junto a sus compañeras de lucha Kathy Duncker y Rosa de Luxemburgo, iniciaron la más dura batalla contra el nazismo hitleriano, que la obligó a exiliarse en Rusia donde murió en 1933. [24] Kathy Duncker, dirigente alemana y miembro del Partido Socialista. Junto a Clara Zetkin, encabezan la lista de mujeres notables en la lucha mundial por la defensa de los derechos de la mujer. [25] Según la historiografía femenina, fueron los dos primeros Estados en declarar oficialmente el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer.
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