Darle sentido a la nueva Colombia debería ser el objetivo de todos, impulsar la construcción de un país renovado que día a día supera los dolorosos episodios de violencia que han enmarcado su historia; sin embargo, parece ser que por encima de todo ello existen intereses particulares, a quienes conviene el caos y para promoverlo incentivan la división y el enfrentamiento.
Divide y reinaras, reza el viejo adagio y para ello los medios de comunicación y las redes sociales se constituyen en magníficos aliados, el uno dice, el otro desmiente, el escándalo trasciende los escenarios, surgen las noticias falsas, causan dolor, enredan los hechos, se encienden los ánimos, se pierden los valores y todo ello se convierte en un caos permanente que nunca se aclara ni resuelve y solo se termina con el siguiente escándalo que nuevamente sobresalta los ánimos, prende las alarmas y desata otra vez la confusión y las ofuscaciones. Así sucesivamente trascurre la vida de los colombianos, en un permanente 'rifi rafe', que embolata la atención de las cosas que en realidad requieren cuidado y control para garantizar el bienestar de las personas.
Se necesita mucha fuerza y coraje para asumir una posición objetiva y permanecer enfocado en lo que realmente nos interesa como integrantes de un país en proceso de cambio, que requiere la corrección de múltiples y continuas costumbres y procedimientos con los que se atropellaron los derechos de las personas y se usurparon y destruyeron los recursos naturales del territorio nacional, vulnerando a todo aquel que se atravesara; prácticas que nos llevaron a vivir épocas de mucha violencia y dolor, permeando todos los ámbitos y estamentos de la sociedad colombiana.
Se necesita mucha fuerza y coraje para asumir una posición objetiva y permanecer enfocado en lo que realmente nos interesa.
Superar las barreras que impiden avanzar, no es tarea fácil, implica adoptar una actitud proactiva desde la posición que cada uno ocupe, ejercer control a todos aquellos encargados de dirigir y administrar los recursos del país, denunciar e impedir las prácticas ilegales que expropian nuestras riquezas, luchar contra las costumbres violentas que se han apropiado de la cotidianidad llenando por años de sangre y dolor a las familias colombianas.
No podemos ser indiferentes, a todos nos atañe e involucra aunque nos empeñemos en ignorar nuestra participación, la salud, el trabajo, la educación, el bienestar, las manifestaciones artísticas y culturales, el deporte, la economía, la ciencia, la justicia y en fin, los diferentes ámbitos de la vida del país tienen que ver con todos sus ciudadanos ¿qué tal si nos enfocamos en hacer de ellos un proyecto conjunto que beneficie a todos, en lugar de seguirle la corriente a quienes desean manipular la opinión y el pensamiento para mantenernos divididos, enfrentados y enfrascados en una interminable lucha que no conduce a nada y si entorpece, impide y paraliza?
Expandir el mensaje, dar ejemplos de solidaridad, reconciliación, sentido de pertenencia, reconocimiento por el aporte del otro, perdón, admiración, cuidado mutuo, trabajo en equipo, impulso, creatividad, emprendimiento y demás que la nueva realidad de Colombia necesita para avanzar y superar las crisis que le han venido impidiendo su desarrollo y el de todos sus habitantes.
Colombia, el proyecto de todos los colombianos.
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