“La educación es el arma más poderosa
que puedes usar para cambiar el mundo”.
Ruth Bader Ginsburg
Hace un par de años, en la búsqueda de aprendizaje me encontré con una plataforma electrónica que atrapó mi atención por su oferta educativa: https://asilegal.org.mx. Es una página creada por una asociación civil denominada “Asistencia legal por los derechos humanos”, conformada por profesionales de excelencia, que oferta cursos de manera gratuita, a las personas interesadas en conocer sus derechos humanos y, de una manera pedagógica, accesible, sumamente generosa y libre de burocracias, comparte herramientas para hacerlos efectivos.
Uno de los factores más importantes que los distingue, es la colaboración que realizan en conjunto con el Poder Judicial del Estado de Oaxaca, México; pues logran conjuntar la visión libre de un organismo de la sociedad civil, con una perspectiva institucional. Combinación que implica todo un reto y es enriquecedora en la adquisición de conocimientos reales, sobre temas tan sensibles, en el que difícilmente se logra unificar criterios, estadísticas y opiniones; pues hablamos de dos polos que -por su naturaleza y aunque no deberían- son discordantes.
Dentro de los recursos que ofrecen, podemos encontrar un diplomado de “Derechos humanos en la práctica”, cursos sobre ejecución penal, sistemas penitenciarios, reinserción social, tortura y el que en este momento me encuentro cursando: “Acceso a la justicia desde un enfoque interseccional”.
De un foro de intercambio de opiniones, surgió la idea de compartir con ustedes esta recomendación de herramientas de acceso a la justicia: 1) la plataforma de estudio, como impulso a la capacitación y desarrollo del pensamiento crítico, y 2) las reflexiones en torno a la interseccionalidad como herramienta metodológica, para la identificación de privilegios o factores de opresión personal, así como de personas o grupos que, por una u otra razón, pudieran necesitar de nuestro acompañamiento.
Sin caer en términos rebuscados o intentos técnicos de conceptualización, esta palabra es una herramienta analítica para identificar los factores que hacen vulnerable a una persona, por diversas razones, en determinado momento de su vida. El ejemplo más claro que se utiliza, es hablar de una mujer, niña, migrante, en situación de discapacidad y víctima de algún delito.
Su objetivo es exponer las situaciones de desventaja y con ello, evidenciar la necesidad de protección reforzada de las instituciones con las que entra en contacto, para restituirle de manera integral sus derechos fundamentales. Este término, fue creado por Kimberlé Crenshaw en 1989, como respuesta a un contexto de discriminación sistemática de las mujeres afroamericanas en Estados Unidos; sin embargo, por su trascendencia, ha sido acogido por diversas instituciones encargadas de la impartición de justicia, como es el caso de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y su uso ha permeado en otros contextos.
De esta manera, la interseccionalidad está presente en toda acción encaminada a la administración de justicia y no sería posible aspirar a la igualdad sin observarla. Su trascendencia e importancia es fundamental para luchar contra la discriminación, para identificar desigualdades, valorar contextos y tratar de equilibrar situaciones de desventaja que enfrentan determinadas personas o grupos en nuestra sociedad.
Esta respuesta del feminismo a la discriminación histórica que han enfrentado las mujeres durante años, ha permeado como un logro que modifica la visión del Derecho y contribuye a la restitución de derechos humanos de todas las personas.
Su trascendencia e importancia es fundamental para luchar contra la discriminación, para identificar desigualdades, valorar contextos y tratar de equilibrar situaciones de desventaja.
La interseccionalidad resulta ampliamente aplicable en contextos de movilidad social, porque cualquier característica de vulnerabilidad que posee una persona, se agrava cuando las circunstancias que enfrenta, la obligan a ponerse en movimiento, pierde su arraigo, la tranquilidad de contar con un espacio seguro, se aleja de sus redes de apoyo, enfrenta trayectos llenos de peligro, no cuenta con la estabilidad de un ingreso, ni siquiera tiene seguras la satisfacción diaria de sus necesidades básicas y existe un nivel de riesgo muy alto de perder elementos esenciales de su identidad.
También, es aplicable a los contextos políticos, de violencia y corrupción que enfrentan defensores de derechos humanos, periodistas y protectores del medio ambiente. Es así, porque además de las características individuales de la persona, debe sumarse la vulnerabilidad que enfrenta al exigir el respeto de algún derecho tan básico como lo son el medio ambiente, su territorio, la libertad de expresión y la legalidad.
Al hacerlo, pone en riesgo su vida, su seguridad y la de su familia, pues los agentes del Estado que tendrían la obligación de protegerle, forman parte del contexto de violencia, ante la existencia de redes de corrupción, enriquecimiento ilícito con explotación de recursos naturales, por pactos de gobernabilidad, amenazas o temor del crimen organizado. Luego entonces, ante este panorama ¿a dónde se puede acudir a exigir protección y justicia?
También, es ampliamente aplicable a contextos de interculturalidad y entornos socioeconómicos, pues son factores que potencializan las vulnerabilidades, impiden el acceso a servicios básicos como la alimentación, salud, educación, trabajo, libre determinación y la realización de un proyecto de vida libre de dificultades.
De esta manera, podríamos analizar las dificultades que enfrenta cada grupo en situación de vulnerabilidad, observando que la interseccionalidad encaja de forma perfecta, como pieza de rompecabezas y engarce entre la justicia, la igualdad, la no discriminación y el Estado de Derecho.
Esta herramienta nos enfrenta con la realidad y nos pregunta: “¿qué vas a hacer?”. Y podríamos cerrar los ojos, voltear hacia otro lado, sumarnos al juego de la simulación o exigir y juzgar con valentía, implementar acciones afirmativas para equilibrar la balanza, ser integrales, éticos, transversales, pero especialmente: sensibles y empáticos.
Desde nuestros privilegios de acceso a la educación a distancia, les invito a profundizar en estos temas tan interesantes, con la certeza del empoderamiento, la promesa de lecturas novedosas, ponentes con preparación y la advertencia de que su acreditación, requiere un amplio nivel de compromiso, disciplina y responsabilidad, acorde al nivel de los beneficios que ofrece.
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